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Mini Deus Ex Machina JCW: The Machina y The Skeg, cuando la moda rompe los límites del motor  | Cars&Pizza News

Mini Deus Ex Machina JCW: The Machina y The Skeg, cuando la moda rompe los límites del motor

The Machina y The Skeg: dos visiones únicas del Mini JCW

Koke

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Introducción

El mundo del motor siempre ha estado marcado por colaboraciones inesperadas, pero pocas han tenido tanta personalidad como la unión entre Mini y Deus Ex Machina. De este encuentro creativo han nacido dos piezas únicas que no solo celebran el legado del John Cooper Works, sino que también abren una conversación sobre cómo la moda, el lifestyle y la competición pueden convivir en un mismo lenguaje.

Se trata de The Machina, una interpretación salvaje del JCW con motor de combustión y estética de rally, y The Skeg, un eléctrico inspirado en la cultura del surf que apuesta por el futuro sin renunciar a la diversión. Dos coches que, en palabras sencillas, me ponen los pelos de punta mucho más que un Cooper Works convencional.

Y aunque no nos han invitado a la presentación en Inglaterra, desde el momento en que vimos las primeras imágenes pensamos: esto es lo que el mundo del motor necesita.

Exterior: diseño radical entre rally y surf

El contraste entre ambos es tan marcado que parecen hermanos opuestos.

The Skeg, basado en el Mini JCW eléctrico, es un auténtico homenaje al mar. Su carrocería combina paneles semitranslúcidos de fibra de vidrio —que reducen un 15 % el peso— con un esquema en amarillo y plata que refleja el sol como si fuera una tabla de surf recién encerada. El detalle más llamativo es el Flex Tip Surf Spoiler, un alerón inspirado en las quillas flexibles de las tablas, acompañado por una parrilla iluminada y aletas ensanchadas que le dan un aire futurista y artesanal a la vez.

En el lado opuesto está The Machina, un coche que respira gasolina y competición. Su estética de rally es inconfundible: pintura en rojo, blanco y negro, focos auxiliares en el capó, aletas sobredimensionadas y un difusor trasero que recuerda a los prototipos de rallycross. La aerodinámica no es decorativa: cada pieza cumple su función, desde las tomas de aire frontales hasta el enorme alerón trasero que genera carga extra en curvas rápidas.

Personalmente, no puedo dejar de pensar en el Mini preparado para las 24 h de Nürburgring con Samantha Tang, donde ya vimos cómo Deus era capaz de darle a Mini un giro rompedor. Estos nuevos modelos son la continuación lógica de aquella chispa, pero llevados a un nivel aún más extremo.

 

Interior: dos mundos, una misma filosofía

Si por fuera ya sorprenden, dentro es donde estos Mini marcan la diferencia.

The Skeg ha sido diseñado como un espacio abierto, funcional y pensado para la playa. Los asientos están tapizados en neopreno repelente al agua, con bandejas de almacenamiento ideales para guardar trajes de surf, toallas o cualquier accesorio playero. Todo desprende un aire minimalista: superficies limpias, acabados sencillos y materiales que transmiten frescura. Es, en esencia, un coche que parece invitarte a salir del agua y conducir sin preocuparte de nada.

En cambio, The Machina es pura competición. Aquí no hay concesiones al confort: jaula antivuelco expuesta, arneses de cinco puntos, volante sobrio, freno de mano hidráulico y mandos industriales que parecen sacados de un coche de rally clásico. Me fascina cómo han dejado la columna de dirección al desnudo, un detalle que transmite crudeza mecánica y pasión sin filtros. La pantalla digital integrada en el cuadro de carreras es lo justo y necesario, sin artificios.

Lo dije antes y lo repito: el interior de carreras está muy cuidado, con barras antivuelco, asientos y volante expuesto, y me parece un acierto total.

Rendimiento y dinámica: combustión pura vs electricidad inmediata

La verdadera magia de este proyecto es que no se han limitado al diseño, sino que también han querido reforzar la parte técnica.

  • The Machina mantiene el motor turbo de 2.0 litros y 231 CV. Es el mismo bloque que late en el John Cooper Works de calle, pero aquí con un enfoque distinto: refrigeración mejorada, aerodinámica optimizada y un setup de chasis radical para circuito. La sensación debe ser la de un coche ligero, nervioso, con la crudeza de los Mini de rally que en los años 60 ganaban en Monte Carlo.

  • The Skeg, en cambio, se apoya en un tren motriz eléctrico de 258 CV. La entrega de potencia es instantánea, y con la reducción de peso gracias a los materiales ligeros, el comportamiento debe ser sorprendentemente ágil. No busca récords de Nürburgring, sino ofrecer una experiencia diferente: acelerar en silencio por una carretera costera, con la brisa del mar como única compañía.

Y aunque uno represente el pasado glorioso de la combustión y el otro un futuro eléctrico más relajado, ambos tienen algo en común: transmiten pasión.

Precio y significado: más allá del producto

Conviene recordar que estos coches son concepts one-off, piezas únicas de exhibición que no se venderán en concesionarios. Pero eso no les resta importancia, al contrario: abren una conversación sobre cómo marcas como Mini pueden explorar caminos nuevos junto a referentes de la moda y el diseño.

En lo personal, echo mucho en falta que en España se vean iniciativas así. Nosotros mismos lo vivimos con el diseño oficial del libro Pepita de Porsche España, donde unimos cultura automovilística y diseño gráfico. Tener la oportunidad de llevar ese concepto al diseño de un coche completo sería un sueño.

Por eso, aunque nos hubiera encantado poder haber estado en la presentación de Deus, lo que más nos emociona es que colaboraciones de este tipo existan. Marcan tendencia, inspiran y abren la puerta a un futuro donde moda y motor no son mundos separados, sino expresiones distintas de la misma pasión.

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