Introducción
Cuando escuché por primera vez el nombre Ferrari 849 Testarossa, pensé automáticamente en un homenaje fiel al mítico deportivo de los 80. La realidad, sin embargo, ha resultado muy distinta. Este modelo nace sobre la misma plataforma del Ferrari SF90 Stradale, un superdeportivo híbrido con más de 1.000 CV que ha marcado un antes y un después en la marca.
Y ojo, que no es poca cosa. El SF90 es una máquina brutal y la tecnología que hereda este Testarossa es de primer nivel. Pero desde que lo vi por primera vez en fotos oficiales y renders de prensa, no puedo evitar pensar que no hay un verdadero guiño al Testarossa original.
Para mí, el 849 Testarossa parece más un ejercicio de diseño futurista que un tributo nostálgico. Y aunque seguramente todas las unidades ya estén vendidas, lo cierto es que me deja con sensaciones encontradas.
Exterior
El diseño exterior del Ferrari 849 Testarossa es sin duda lo más polémico del coche. Aquí la marca ha decidido reinterpretar líneas rectas y afiladas que recuerdan vagamente a las aletas y entradas laterales del clásico, pero con un lenguaje de diseño mucho más agresivo y anguloso.
Sinceramente, cuando lo veo, me da la impresión de que está hecho “con una cartulina doblando aristas y a ver qué sale”. No encuentro la elegancia del Testarossa original ni la armonía de otros modelos de Maranello. En lugar de un homenaje refinado, parece una apuesta arriesgada por lo futurista.
En dimensiones, se mueve en la línea del SF90: unos 4,70 metros de largo y 2 metros de ancho, con una altura baja que lo convierte en un super GT radical. Los faros son completamente LED, con una firma lumínica muy fina, y la aerodinámica se ha trabajado al milímetro para garantizar el máximo rendimiento.
El peso ronda los 1.600 kg gracias al uso intensivo de fibra de carbono y aluminio, algo que lo hace más ligero que otros superdeportivos híbridos de su categoría. Sin embargo, el diseño sigue siendo el tema más divisivo: algunos lo ven como una evolución natural, mientras que yo sigo pensando que “cada vez las marcas están haciendo algo muy raro con el diseño de los coches”.
Interior
Dentro, la historia cambia un poco. El habitáculo del 849 Testarossa mantiene la misma línea del SF90: futurista, cargado de pantallas y con un enfoque en la ergonomía digital.
El conductor se enfrenta a un cuadro de instrumentos 100% digital de más de 16 pulgadas, acompañado de una segunda pantalla táctil central para infoentretenimiento y otra más pequeña para el copiloto. Todo se maneja con gestos y controles hápticos, aunque para mí esa sobrecarga de tecnología le resta algo de esencia clásica.
En cuanto a materiales, Ferrari no decepciona: cuero premium, fibra de carbono vista, aluminio mecanizado y costuras personalizadas. Los asientos deportivos ofrecen buena sujeción, pero siguen siendo relativamente cómodos para un uso de Gran Turismo.
Eso sí, “por dentro sigue la misma variante del SF90 en el que se basa”, lo que refuerza la sensación de que estamos más ante un “carrozado” especial que ante un modelo totalmente nuevo.
Rendimiento y dinámica
Aquí no hay debate: el Ferrari 849 Testarossa es un monstruo de las prestaciones. Su mecánica híbrida combina un V8 biturbo con varios motores eléctricos, alcanzando una potencia conjunta superior a los 1.050 CV y un par motor cercano a los 900 Nm.
Con estas cifras, el 0 a 100 km/h se completa en apenas 2,5 segundos, y la velocidad máxima supera los 340 km/h. La tracción total y el cambio automático de doble embrague permiten una respuesta inmediata y extremadamente dócil, incluso con semejante potencia.
Y aquí retomo lo que pienso: “sabemos que la tecnología es muy buena porque el SF90 da más de mil y pico caballos, sabemos que anda muy bien, pero no pretende transmitirte muchas sensaciones”. Es un coche más pensado como Gran Turismo extremo, suave y fácil de llevar, que como un deportivo visceral que te conecta con la carretera.
La suspensión adaptativa y la electrónica hacen el resto: modos de conducción para pista, carretera y eléctrico puro (con unos 25 km de autonomía sin usar el motor térmico). Las llantas de 20 pulgadas con neumáticos de altas prestaciones completan el paquete.
Precio
Aunque Ferrari no lo ha hecho oficial en todas las regiones, el precio estimado del 849 Testarossa ronda los 550.000 €, antes de opciones y personalizaciones. Como siempre en Maranello, las posibilidades de individualización son prácticamente infinitas: colores exclusivos, tapicerías a medida, acabados en fibra de carbono mate o brillo, paquetes de aerodinámica avanzada, etc.
Lo cierto es que, aunque “será seguramente objeto de deseo y estarán casi todas las unidades vendidas”, desde mi punto de vista no es el mejor movimiento de Ferrari para rendir tributo a uno de sus iconos históricos.
Conclusión
El Ferrari 849 Testarossa es un coche impresionante desde el punto de vista técnico: más de 1.000 CV, hibridación avanzada, diseño aerodinámico radical y todo el lujo interior que uno espera de la marca.
Pero a nivel emocional, me quedo con la sensación de que “no ha sido la mejor manera ni el mejor diseño para rendir tributo al Testarossa”. Es un superdeportivo híbrido extraordinario, pero no un verdadero heredero del espíritu del clásico.
Y aunque no puedo negar que Ferrari ha creado un producto que se venderá sin problemas, sigo pensando que se ha perdido una oportunidad de oro para hacer un homenaje más fiel y emocionante al Testarossa original.
